Bajo un modelo exportador de largo plazo encaminado a industrializar las cadenas productivas y con un régimen político centralizado, China se ubica hoy como la tercera potencia a nivel mundial después de 20 años de reformas económicas, con más de 200 mil millones de dólares en reservas internacionales y un Producto Interno Bruto (PIB) mayor a 900 mil millones de dólares.
Con una moneda (el yuan) congelada respecto al dólar desde l994, lo que le ha dado ventajas competitivas a sus productos, China capta inversiones del 60 por ciento de las empresas más grandes del mundo que se asientan en su territorio, según datos del Credit Suisse. Si bien la economía de China ha experimentado una rápida evolución, ya que después de depender casi enteramente de su sector agrícola y de experimentar con el sistema planificado que trajo la revolución comunista de Mao Zedong. Pero el meteórico desarrollo de su economía —que no ha estado exento de un alto costo social y ambiental para el país— es, según expertos, la principal preocupación futura ya que a partir del 2008 crecerá a tasas del once por ciento y el riesgo de un sobrecalentamiento está latente, dice el Credit Suisse.
A juicio de los especialistas, es recomendable que China adopte medidas adicionales para enfriar un poco su economía y así reducir el riesgo de una desaceleración severa, debido a que el exceso de crédito y de inversión pueden provocar excedentes masivas en muchos sectores, propiciar la caída de precios y la quiebra de empresas. Y las consecuencias, dicen los expertos, serían globales ya que la enorme inversión extranjera acumulada en esa nación (600,000 millones de dólares) y del hecho de que el país ha sido la verdadera locomotora del mundo en los últimos años.
Las autoridades empezaron a tomar conciencia de que el crecimiento era demasiado elevado, sólo en algunos sectores de la economía, en los que hay fuerte sobreinversión y masivas capacidades excedentarias: acero, aluminio, cemento, ensamblaje de automóviles, producción de electricidad, textiles y propiedad inmobiliaria.Las entradas de capital extranjero consisten básicamente en inversión directa (IDE) y en inversiones especulativas. La IDE fue de 60,300 millones en 2005 y de 28,500 millones en el primer semestre de 2006, lo que podría anticipar un ligero descenso en 2008. Existe un riesgo potencial de sobrecalentamiento generalizado y, por tanto, de aterrizaje abrupto si las autoridades son demasiado lentas o tímidas en adoptar las medidas adicionales.De ahí la necesidad, juzga, de adoptar medidas como la eliminación de ventajas fiscales a las exportaciones y el fomento del consumo interno mediante reformas estructurales. Es poco probable una apreciación sustancial del yuan, porque las autoridades perciben en ella, por lo menos hasta el momento, más inconvenientes que ventajas.
De acuerdo con el Credit Suisse, no se pueden descartar acontecimientos externos que vengan a complicar aún más las cosas: una desaceleración más abrupta de lo esperado en Estados Unidos, una resolución desordenada de los desequilibrios financieros globales (con una caída excesiva del dólar) o un aumento adicional y prolongado del precio de las materias primas, tanto energéticas como no energéticas. Cuentas chinas de sus 19 ciudades importantes, 14 son costeras y representan el 11% de su territorio, alberga al 33% dela poblaciónw Sus reservas internacionales rebasan los 200 mil millones de dólaresw 60% de las empresas más grandes del mundo tienen inversiones en ese territoriow China se ha convertido en el segundo país en emisiones de dióxido de carbono crece con elevados costos ambientalesSi bien la principal estrategia competitiva del gobierno para atraer inversiones extranjeras ha sido ofrecer paquetes de incentivos fiscales, también lo ha sido un marco regulatorio sumamente laxo en materia de derechos laborales y protección ambiental, que aunado al bajo costo de inversión inicial y mano de obra han convertido a la nación asiática en el primer destino de inversión extranjera directa a nivel mundial. Sin embargo, datos de Consultores Internacionales y la Fundación por la Reforma de China, revelan que una gran cantidad de empresas internacionales con poca ética ha tomado ventaja de la situación y de la censura oficial hacia los medios de comunicación, para operar bajo condiciones ínfimas de higiene, seguridad laboral o control de emisiones.
Hoy China se ha convertido en el segundo país en emisiones de dióxido de carbono y tiene que alimentar a su población (el equivalente a uno de cada cinco seres humanos) con sólo un 7% de su superficie en condiciones de ser empleada para la agricultura. Debido en parte a la meta gubernamental de reubicar a 400 millones de chinos hacia las ciudades en los próximos 25 años.
Via http://www.cronica.com.mx/
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