El nerviosismo en el sector es mayúsculo y a las empresas que han decidido dar el paso de la petición de concurso podrían sumarse en las próximas semanas muchas más. De momento priman las pequeñas y medianas (pymes), muchas de ellas auxiliares de la construcción, pero no se descarta que alguna firma importante de la región opte finalmente por la suspensión de pagos habida cuenta que las dificultades para acceder a créditos de las entidades financieras van en aumento. "Muchas no cobran y tampoco pueden obtener financiación de los bancos, por lo que les resulta imposible cuadrar sus cuentas", apuntaron fuentes jurídicas de Zaragoza, que adelantaron que "el día que se acaben muchas obras que están en marcha habrá que echarse a temblar, porque no habrá compradores". Asimismo, apuntaron que algunas han ido o irán al juzgado de lo Mercantil "porque lo que quieren es reestrcuturar sus plantillas".
El caso Martinsa-Fadesa, empresa con presencia en toda España que presentó una solicitud de concurso de acreedores en julio pasado, se está repitiendo a menor escala en puntos de todo el país. En Zaragoza, fuentes jurídicas se refirieron ayer al caso de la empresa Plurerco, especializada en promoción inmobiliaria con experiencia en obras muy conocidas en Cuarte o en Utebo. La firma tenía ya en curso promociones en Zaragoza y Tarragona y para el futuro proyectaba otras en Huesca, Lérida, Gerona o Navarra.
Otoño "caliente"
Meses de desaceleración
La desaceleración viene ya de atrás y en registros del Ministerio de Justicia aparecen nombres como Aragonesa de Instalaciones de Calefacción, Construcciones Hermanos Gimeno, Aragonesa de Obras y Construcciones, Construcciones Francisco Arroyo Romanos, Construcciones A. J. C. Calderón, Construcciones Paivas-Vidarte y otras muchas más. El cambio de ciclo, en realidad, ha sido constatado por el juzgado de lo Mercantil de Zaragoza desde la primavera pasada, como se demuestra con el aumento del número de solicitudes de procedimientos concursales presentadas.
En declaraciones a este diario fechas atrás, Carlos Terreu, miembro del Colegio de Economistas de Aragón, ya apuntaba que los concursos que se están presentando son de empresas que tienen problemas de liquidez, es decir, que suelen tener patrimonio pero no pueden atender pagos. Esta realidad es una constante que se está agudizando con las restricciones del crédito impuestas por bancos y cajas de ahorros, de las que se están quejando continuamente desde diversas organizaciones empresariales.
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