viernes, 3 de octubre de 2008

Ya se roba hasta en las cajas de seguridad de los bancos


La semana que acaba de concluir ha escrito un capítulo más del robo de las 77 cajas de seguridad privadas de la cámara acorazada de la oficina central del Banco Pastor en Ponferrada. Dos empresarios que habían contratado una de estas cajas han presentado sendas demandas en el juzgado contra la entidad bancaria, reclamando en total 382.550 euros. En la demanda detallan las joyas y el dinero en efectivo que tenían en las cajas, y todo con justificantes de pagos o de cobros (las joyas con factura de las joyerías, y el dinero con el contrato de venta de los primeros pagos de varios pisos). Los dos afectados argumentan su demanda judicial principalmente en dos motivos. En primer lugar indican que con el banco existe un contrato de depósito como cuando, por ejemplo, se deja el coche en un concesionario y la responsabilidad civil si sucede algo es del concesionario, en este caso el banco. En segundo lugar llegan a hablar de «ciertas irregularidades y negligencias» en base a la descripción hecha en el informe de la Comisaría General de Policía Científica, que viene a decir que la banda de atracadores forzaron la primera puerta de la cámara acorazada, pero dentro se encontraron las llaves para abrir el habitáculo donde estaban todas las cajas de seguridad privadas que fueron forzadas. El primero de los demandantes indica en su denuncia que en mayo del 2000 contrató una caja de seguridad en el banco de la avenida de España y detalla todo lo que tenía en la caja hasta el 22 de enero de 2006 cuando se produjo el robo. Este primer demandante indica que en las cajas tenía 35 piezas de joyería y relojes adquiridos en una joyería durante los últimos 15 años, con un valor actual de mercado aproximado de 140.640 euros. La joyería le certificó dichas compras. También había 40 piezas de joyería y relojes adquiridos en otro establecimiento, con un valor de 61.560 euros. Con posterioridad pudo también acreditar la desaparición de otra partida de joyas por valor de 20.750 euros. Afirma en la demanda que también le faltó de la caja dinero que no puede acreditar en la actualidad. En total, este cliente del banco le reclama 222.950 euros. Cámara acorazada Este demandante, que vive en Ponferrada, considera responsable civil de los perjuicios al banco e indica que dicha responsabilidad «ha de calificarse como contractual», al consistir en un contrato de depósito que implica la obligación de custodia. Al margen aprecia, derivado de las diligencias penales efectuadas ante del Juzgado de Instrucción número 2 de Ponferrada, «irregularidades o negligencias». Se apoya en el informe policial que indica, entre otras cosas, lo siguiente: «El trampón de la cámara acorazada de la derecha está abierto y no presenta ninguna señal de forzamiento, por lo que cabe pensar que se utilizaron dos llaves propias o copias de las mismas, o una llave maestra. Cabe también la posibilidad de que dicho trampón hubiese quedado cerrado pero no trabado con la cerradura de la llave».
Via Diariodeleon.es

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