viernes, 25 de enero de 2008

Evemarina grita "Sálvese quien pueda "

La inmobiliaria malagueña, una de las cinco mayores de Andalucía, acumula un pasivo de trescientos millones de euros. La empresa participada mayoritariamente por la familia Ramos se centra en la promoción residencial.

Evemarina ha ingresado en la larga lista de empresas que se han visto golpeadas por la crisis inmobiliaria, como Colonial, Astroc, Llanera o Hábitat. Hasta ahora, ninguno de los grandes afectados tenía su sede en Andalucía, pese a ser el territorio español en el que más ha crecido la construcción en los últimos años.Sin embargo, el golpe en esta comunidad ha sido severo.

Y es que Evemarina, uno de los cinco mayores grupos regionales con una facturación de 240 millones de euros y una plantilla de 350 empleados, está buscando contrarreloj un caballero blanco que alivie la grave crisis que atraviesa, con un pasivo de, al menos, trescientos millones de euros.Según ha podido saber EXPANSIÓN, la compañía está ultimando una operación corporativa a través de la cual se fusionaría con otra firma del sector o se desharía de gran parte de las acciones.
El grupo cuenta con activos valorados en 700 millones y con una reserva de suelo de diez millones de metros cuadrados –el 20% finalista–, la mayor parte en Andalucía, aunque también en Canarias, Madrid y Levante.Síntomas de debilidadLa compañía, fundada en el año 2001 por el arquitecto Borja Ramos, ya había mostrado síntomas de debilidad durante los últimos meses. Por un lado, el pasado octubre anunció que iba a dejar de lado los grandes proyectos para centrarse en otros más pequeños, pero más rentables. Por otro, ha reducido su delegación de Sevilla, uno de sus proyectos estrella, dado que la firma tenía previsto acometer una importante expansión a lo largo de Andalucía occidental y Portugal, concretamente en el Sur, en el Algarve.

En paralelo, a principios de 2007 surgieron divergencias entre sus accionistas y el grupo reorganizó su estructura societaria.

Así, el fundador adquirió el paquete que estaba en manos de la familia madrileña de origen indio Kishinchand Shadadpuri, que controlaba el 50% de la división más importante del hólding: la promotora. Ahora, Borja Ramos posee el ochenta por ciento del grupo, mientras que el resto de títulos se reparte entre su familia y el directivo Gonzalo Vergara.

El caso de Evemarina guarda numerosos paralelismos con el de la valenciana Llanera, inmersa ahora en un proceso concursal. En pocos años, ambas empresas familiares han logrado unos crecimientos espectaculares basados en la venta de vivienda residencial en la costa.

Gracias al boom del sector y a una buena campaña de márketing, los dos consiguieron en poco tiempo multiplicar sus ingresos. En el caso de Evemarina, la firma logró en 2003 –apenas dos años después de su fundación– facturar 44 millones, una cifra que prácticamente multiplicó por seis en 2006 (últimos datos disponibles), al alcanzar los 240 millones.

En el último año ha intentado reforzar la diversificación de su negocio, entrando en diferentes áreas como edificios de oficinas, centros comerciales, restaurantes y hoteles. Sin embargo, el frenazo brusco del sector le ha impedido desarrollar todos estos proyectos al cien por cien.AgravantesAdemás de los problemas que atañen a todas las inmobiliarias –dificultades de financiación, ralentización de ventas, crisis de confianza...– la compañía andaluza sufre otro agravante: el 90% de sus ingresos procede de la promoción residencial, y está muy concentrada en la Costa del Sol, donde este tipo de vivienda está tardando una media de 36 meses en venderse.Además de la promotora (Evemarina), la base del grupo se sustenta en una constructora (Borca 2000) y un estudio de arquitectura (Ramos y Ramos).

También dispone de una comercializadora (Evemarina Real Estate) y una consultora de márketing. En línea con otros grupos familiares del sector, la enseña ha creado una división de patrimonio, bajo la cual gestiona diferentes negocios.

Via Expansion.com

1 comentario:

Rafael del Barco Carreras dijo...

JUAN HORTALÁ ARAU,

GAESCO, INMOBILIARIA COLONIAL, BANCO DE SANTANDER, LA CAIXA.



Rafael del Barco Carreras



La Pirámide Financiera capitaneada por los CUATRO GRANDES de las finanzas españolas llena bufetes de abogados. Miles, millones, de inversores han perdido muchísimo dinero. Tras mi corta referencia sobre Gaesco en www.lagrancorrupcion.blogspot.com me envían mails. Un inútil pataleo. Se saben estafados, y encima, ahora burlados.

Por el momento gana la tesis, sentenciada en la Telefónica de Terra, o la Terra de Telefónica, que en Bolsa se puede ganar pero también perder. Es la natural ley del mercado libre. Una falacia si se manipuló con “información privilegiada”, “alterando el precio”, o falsificando.

Inmobiliaria Colonial SA centra el pleito Gaesco-Banco de Santander. Se niegan a pagar la provocada ascensión y posterior descalabro del valor, con millones de acciones aparecidos en una semana. Un descalabro planeado y ejecutado desde concretos Consejos de Administración o Comités Ejecutivos, jugando al monopoly con real dinero ajeno, y en este caso con otra inmobiliaria, Sacyr-Vallehermoso, tan enfangada e insolvente como Colonial.

La Audiencia Nacional decidirá quien tiene razón más allá de un Arbitraje ganado por el Banco de Santander. Y dictará sobre un dinero, creado por la especulación, que nunca existió. Aunque existiera el entregado por los inversores a su Agente de Bolsa, broker.

Los principios básicos bancarios se pervierten cuando las instituciones financieras (un oligopolio casi monopolio nacional) se convierten en prácticos dueños y gestores de las empresas cotizadas en Bolsa, especulando con ellas en puro predominio por además dominar el 80% de la masa del dinero de todo el país. Pero peor cuando grupos de sus ejecutivos y sus “amigos” crean especulaciones paralelas, confundiendo intereses individuales e institucionales. Y no busquen nombres concretos, lo hacen a través de cientos, miles, de sociedades “instrumentales” desde todos los rincones del Mundo. Y el colmo del engaño cuando intentan quitarse de encima un muerto, una quiebra técnica, endeudada con sus propios gestores y dueños más allá de cualquier criterio técnico y legal, cuyo valor en bolsa es una ficticia y mantenida burbuja.

Corolario… se inicia el camino Judicial tras un boom inmobiliario y financiero que deja en mantillas la Época del Pelotazo, 1980-94, o aquella Telefónica del 2000, la de las “nuevas tecnologías”, y ese camino será tan inútil como lo fueran los iniciados entonces.

Los perjudicados deberían preguntar al, desde 1993, Presidente de la Bolsa de Barcelona, JUAN HORTALÁ ARAU, con curioso currículo. Ayuntamiento de Serra 1979, Parlament, y Generalitat de Pujol. Y que con la colaboración de la actual Generalitat ha pergeñado una solución para Gaesco que a mi me recuerda la de Gran Tibidabo, donde anduvo cerca. Se salvan los activos viables y sobre “basura” y deudas “ya veremos”. Un inicio… el tema dará mucho de sí…