miércoles, 23 de enero de 2008

Quiebra del grupo constructor Marbar

Las comarcas pontevedresas de O Baixo Miño y de A Cañiza viven desde el lunes bajo la conmoción de la quiebra del grupo constructor Marbar. Las consecuencias del cierre patronal van más allá del despido de sus 56 empleados porque la empresa acumula deudas millonarias tanto con sus proveedores y subcontratistas como con 300 compradores de sus promociones que han descubierto que las viviendas, para cuya compra anticiparon dinero, están embargadas por distintos bancos debido a las deudas del empresario.

Atrincherados en la sede principal de la empresa para impedir la salida tanto de maquinaria, como de valioso material de construcción y de toda una flota de vehículos de empresa. Así se defienden los empleados de Marbar, con sede en la localidad pontevedresa de Tomiño, ante la descapitalización de la empresa y tras ser informados de que el propietario, Manuel Martínez Barros, ha "desaparecido" sin dar explicaciones.

Los trabajadores pasaron ayer del desconcierto de primera hora provocado tras ser informados del cierre de la empresa "porque no hay ni dinero ni trabajo", al malestar del mediodía tras recibir la carta de despido donde se les notifica la decisión justificada en los problemas económicos de la empresa. Explican que ante esta situación han decidido poner a salvo los bienes que quedan para que en el proceso de embargo judicial quede patrimonio con que responder a la deuda contraída con los trabajadores.

Las primeras reclamaciones presentadas ayer por las empresas subcontratadas por la constructora apuntan a deudas millonarias que pueden provocar un efecto dominó de cierre en los talleres y empresas no sólo por los impagados de trabajo y de material, sino porque Marbar era su principal cliente al ser la constructora conocida en todo O Baixo Miño y A Cañiza por el volumen tan numeroso de pisos y de promociones inmobiliarias.

LOS DATOS

Acreedores Las deudas del grupo Marbar con sus proveedores oscilan entre los 20.00 euros, las de menor importe, a los 360.000 a una empresa de encofrados o los 300.000 a otra dedicada a la construcción e instalación de estructuras.

Pagarés Desde principios del enero, Manuel Martínez Barros entregó pagarés, presuntamente sin fondos, a las empresas que contrataba con vencimientos a 90 días, que ahora no pueden ser cobrados por falta de solvencia.

Préstamos Distintas fuentes han confirmado que apenas 24 horas antes de desaparecer el empresario pidió dinero a distintas entidades financieras, por valor de hasta 70.000 euros. Si ayer por la mañana su hijo, Marcos Martínez, fue visto por la empresa aduciendo que el cierre es provocado por la falta de trabajo y de dinero, por la tarde también se encontraba en paradero desconocido.

Inspección La delegación de la Consellería de Traballo de Pontevedra investiga desde ayer la situación de los trabajadores de Marbar, aunque el inspector José María Casas de Ron explica la complejidad del caso por la falta de interlocución patronal al estar el empresario en paradero desconocido.

Materia lAnte la certeza de que no van a cobrar las deudas pendientes, algunas de las empresas acreedoras optaron por sacar de los pisos construidos los materiales instalados, aumentando así la alarma entre los compradores de viviendas que desconocían la ejecución de embargos bancarios sobre ellas .

MEDIDAS URGENTES

Reunión urgente de compradores

A Cañiza fue anoche el punto de encuentro de los compradores que han descubierto que las viviendas para las que se han hipotecado, cuya documentación de compra definitiva está todavía sin tramitar, son propiedad de entidades financieras por haber sido hipotecadas por el constructor y después embargadas.

Turnos de guardia de seis horas

José Pereira, trabajador de la empresa, asegura que han decidido mantener las guardias con turnos de seis horas en la sede para que no se repita la situación de las canteras de las que ha desaparecido toda la maquinaria pesada, que es la de más valor, con el argumento de que iba a ser trasladada a una cantera de Portugal .

Via www.elcorreogallego.es

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