Una sociedad instrumental ha solicitado la suspensión de pagos de Conservas Lolín en un juzgado de Santander. La solicitud de concurso voluntario de acreedores (antes llamada suspensión de pagos) obedece a los problemas financieros de la conservera y serán expuestos en una junta general extraordinaria de accionistas el próximo 19 de julio. Los bancos y cajas, principales afectados por las deudas de la conservera, estudian reunirse con los acreedores para solucionar los problemas de liquidez de la firma cántabra antes de que el juzgado se posicione.
La crisis económica está tocando de lleno a importantes sectores de actividad económica de Cantabria. A la construcción, el transporte o la agricultura, se suma el sector conservero, con importante implantación en la zona oriental de Cantabria. No sólo la subida del carburante afecta a este sector, también la falta de anchoa en el Cantábrico. Esta situación ha llevado a diversificar la producción a muchas firmas.
En este camino estaba Conservas Lolín cuando en diciembre puso en marcha la nueva línea de producción de bonito, anunciada a bombo y platillo, con una inversión de 4,5 millones de euros y un incremento de la plantilla de 50 personas. Las ilusiones puestas en esta nueva cadena de montaje no sólo no han dado los resultados esperados, sino que ha sido la desencadenante de todos los problemas de liquidez de esta firma.
Seis meses de retraso en la comercialización del nuevo producto (bonito) han generado una acumulación de intereses y una pérdida de ingresos ya presupuestados. Esta situación de dificultad económica podría haber tenido solución en otro ambiente financiero, pero la falta de liquidez y la crisis bancaria ha agravado las dificultades. Estos problemas han derivado en la suspensión de pagos.
Conservas Lolín tiene su sede en villa de Castro Urdiales y está considerada como una de las empresas más importantes del sector conservero español. Curiosamente, la localidad más famosa por su tradición en la conserva de la anchoa es Santoña y no Castro Urdiales, lugar donde Manuel Gutiérrez (conocido como Lolín) fundó en 1955 la empresa que lleva su apodo. Las anchoas de Lolín tienen un gran prestigio en el mercado nacional e internacional y son un referente gastronómico.Conservas Lolín es una empresa especializada en la elaboración de anchoa del Cantábrico en aceite de oliva y salazones, que vio incrementada su producción con una línea de fabricación de bonito. El pasado mes de diciembre, la empresa inauguró una planta de túnidos con un acto que contó con la presencia de las autoridades locales y regionales. En ese acto, los directivos de la fábrica fueron optimistas al insistir en su confianza de que la anchoa volverá al Cantábrico, pero mientras tanto, apostaron por buscar alternativas para conseguir que la empresa genere más empleo.
De hecho, la nueva línea de producción de túnidos supuso la incorporación de 50 nuevos empleados a una firma cuya plantilla ronda ya las 200 personas. La nueva línea de bonito se puso en marcha con la ilusión de saber que el mar Cantábrico cuenta con una gran calidad de este tipo de pescado.Las nuevas instalaciones supusieron una inversión de 4,5 millones de euros, en la que ha colaborado la Consejería de Pesca del Gobierno de Cantabria con una subvención de 1,8 millones de euros. Están destinadas a la fabricación de hasta 25 toneladas de bonito por día y a la fabricación de 25 nuevas referencias de atunes y bonitos, partiendo de pescado fresco del mar Cantábrico.La empresa fundada por Manuel Gutiérrez Elorza mueve cerca de 4 millones de kilogramos entre materias primas y productos terminados, con un volumen de más de 4.100 metros cúbicos de instalaciones de frío. Ha conseguido que sus productos logren una gran penetración en el mercado español, italiano y en el resto de la Unión Europea.
Via diarioMontañes
sábado, 5 de julio de 2008
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