Pregunta: ¿Cómo se define una recesión?
Respuesta: Una referencia es la de dos trimestres consecutivos de números rojos, pero hay otros indicadores, como el paro. En España todos los indicadores se corresponden a lo que se ha producido en situaciones anteriores que eventualmente se han calificado de recesión, y que pueden llevar a disminuciones intertrimestrales del PIB.
P.: ¿No nos salvamos de la recesión?
R.: Creo que sería un milagro. El paro ha aumentado casi dos puntos y las expectativas son de que siga subiendo. Esto en sí ya es motivo para definirlo como una recesión: todo confluye en que eventualmente haya una caída de la actividad.
P.: Pedro Solbes ha dicho que no quiere pagar los excesos de la construcción.
R.: Me parece acertado. Estamos en un ajuste de un nivel de actividad artificialmente alto, debido al boom inmobiliario, a un nivel normal, y esto requiere un periodo de crecimiento cero o crecimiento negativo. Intentar mantener las tasas de crecimiento anterior no tendría sentido.
P.: ¿Y en cuanto a las finanzas públicas?
R.: Una cosa buena es la situación de superávit, que permite que el Gobierno deje juego a los estabilizadores automáticos. Sin esto habría sido terrible porque, para evitar que el déficit subiera aún más, el Gobierno debería subir los tipos impositivos, y esto es lo peor que puede pasar en una situación de contracción económica. Otra cuestión es si el Gobierno debería tomar medidas anticíclicas. Yo creo que no. Debemos ajustar el nivel de actividad normal, porque tenemos un déficit gravísimo, que es el exterior, y la única manera de ir reduciéndolo es haciendo la economía española más competitiva: esto pasa por que los costes de producción sean más bajos. Ha llegado la hora de pensar en niveles de crecimiento más bajos para que se produzca este ajuste.
P.: La UE ha regañado al Gobierno por los 400 euros. ¿Es una medida anticíclica?
R.: Yo la catalogaría como electoral. Sería claramente anticíclica. La Administración Bush ha usado una política así este año. En el Gobierno Zapatero no lo dicen, pero han hecho lo mismo, de una forma no tan generosa.
P.: En Estados Unidos es una medida habitual.
R.: Sí, pero no es bajar los tipos impositivos, sino hacer una devolución extraordinaria para ayudar a mantener la demanda. Aquí es muy poco, y dudo que tenga un efecto significativo.
P.: ¿Qué opina de las decisiones del BCE y la Fed?
R.: La Fed y el BCE se han coordinado muy bien al asegurar que los tipos de interés en los mercados monetarios se acerquen a los tipos de interés oficiales. Hubo un momento en que parecía que los tipos de interés de los mercados monetarios podían desmarcarse del tipo de interés oficial. Y eso es terrible desde la perspectiva del banco central.
P.: Deja de ser referencia.
R.: Claro. Todavía hay discrepancias importantes que reflejan esta situación de tensión en el mercado interbancario, pero creo que han hecho todo lo que podían hacer.
P.: ¿Y en cuanto a las decisiones en política monetaria?
R.: Hay un riesgo muy claro de que el objetivo de inflación del 2% a medio plazo vaya perdiendo credibilidad y ya hay algún indicador que sutilmente apunta en este sentido. El BCE debe aumentar los tipos antes de que las expectativas de inflación puedan descontrolarse.
P.: Los efectos de segunda ronda de la inflación se están haciendo esperar mucho. ¿Por qué?
R.: Junto con Olivier Blanchard hemos comparado los efectos del shock del petróleo de los años 70 con los de esta última escalada. Los aumentos de precios han sido parecidos, pero hay una diferencia brutal entre la respuesta de las economías industrializada. Además de un mercado laboral más flexible, sobre todo en EEUU, y el menor peso del petróleo en la economía, una diferencia muy importante son los cambios en la política monetaria, que está mucho más centrada en la estabilización de la inflación, y es mucho más creible.
P.: ¿Llegarán este año los efectos de segunda ronda?
R.: No lo sé. En la zona euro, ya se ven los primeros indicios negativos en este sentido, y están no tanto en las expectativas de inflación sino en los aumentos salariales.
Competencia con EEUU en investigación
El Crei, fundado por la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y la Generalitat catalana, es una institución de prestigio mundial en los campos de economía internacional y macroeconomía. En 2001 empezó la contratación de investigadores propios y ya cuenta con diez, de los que sólo dos son españoles.
El Crei aspira a llegar a la quincena en los próximos cuatro años. Una muestra del prestigio del centro es el origen de los estudiantes de la universidad de verano, que van desde el BCE a la autoridades monetarias de países como Noruega, Polonia, Inglaterra y Armenia.
Galí, que ha desarrollado buena parte de su carrera en Estados Unidos, se felicita por los “intentos” crecientes en Europa para solucionar el desfase en investigación con el país norteamericano con centros como el que dirige, con más flexibilidad de gestión que las universidades públicas.
Fuente: expansión
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